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20110618

Por eso no debemos andarnos haciendo preguntas de las que desconocemos la respuesta


Estaba revisando el blog y me doy cuenta de algo: Me hace feliz.



Veo las fotos, leo, y aunque es un sitio simple que no aporta casi nada en beneficio del mundo en general, me hace feliz.



Lo he descuidado intentando construir -y a veces destruir- algo en otro sitio. Allá hay mucha gente que dice que lo que hago es útil, pero tras varias horas de trabajo ese sitio, mi corazón recorre toda una gama de sensaciones distintas, algunas muy satisfactorias, pero ninguna parecida a la felicidad.

Con el tiempo, es seguro que el trabajo allá termine, y ya sea que obtengamos algo o todo acabe como un burdo espejismo, yo me quedare al final con este blog al que estoy descuidando por algo en lo que creo, pero que no me da ni la felicidad, ni la seguridad de que servirá para algo.

Que complicado es todo a veces.

20110129

Maravilla


A veces me siento a la expectativa, como si estuviera a punto de ocurrir algo increíble. Me siento a esperar y como el prodigio no llega me pongo a hacer algo para distraerme. El tiempo pasa, la magia nunca ocurre y eso que hago como distracción se convierte en mi vida.




Es este el mecanismo de la maravilla.


20110101

2011


Se acabaron los puentes, las fiestas, las comilonas, las desveladas, tenemos dos días para recuperarnos y volver a empezar porque el 2011 no espera, llegó con muchas ganas de superar las hazañas de su predecesor:


  Y ni pa' donde correr...



Pero como sea, aquí estamos, listos para enfrentarlo.

No me gusta formular propósitos de año nuevo porque fijarme objetivos me impide distraerme y es eso lo que me ha empujado hasta aquí: La libertad de cambiar de intención -que no de rumbo- según se van dando las cosas. Ya veremos que nos arroja este 2011, solo espero saber como aprovechar lo bueno y afrontar lo malo que traiga consigo.

Y venga lo que venga, continuar anotándolo aquí. Si algún objetivo debo hacer para este año que inicia que sea ese: Venir anotarlo todo aquí.

Felíz 2011.

20101107

Hielo

Foto: Wayne Papps (1959-2003)

El tiempo es un liquido incoloro que forma un torrente que se dirige hacia un mar que nadie conoce. Yo formo un cuenco con mis manos y lo sumerjo en aquel río, el cuenco se llena, saco mis manos y su contenido se filtra entre mis dedos. Al final solo consigo quedarme con una porción miserable que guardo en un congelador y vuelvo a repetir el proceso tantas veces como me es posible.

Este blog es aquel congelador.

Quisiera solidificar el río, pero corre muy deprisa y yo solo cuento con mis manos para retenerlo: rescato dos minutos y se me escapan horas, congelo una hora y varias semanas huyen sin remedio en una lucha que esta perdida desde antes que inicie.

Y los momentos que logro conservar están destinados a permanecer helados, pues no puedo reanimarlos. Formo con ellos una galería de espectros, una morgue, una caverna de carámbanos donde la soledad hace resonar los pasos de quien se aventure en ella.

Si alguna vez al entrar a este lugar sintieron frío, ahora saben la razón.

20100905

Equipaje


Cuando llegue aquí, lo hice cargando dos maletas: una gran maleta grande, negra y fea con toda mi ropa y una mochila. En esa mochila traía todas las cosas que sentía realmente mías, aquellas que creí que no podía dejar en México. Llevo cuatro años aquí y no me recuerdo lamentándome por haber olvidado algo.


Si tuviéramos que mudarnos hoy, creo que una mochila del mismo tamaño bastaría para guardar lo que poseo. A las cosas que traje de México se sumarian algunas más, un puñado de cartas, la cámara fotográfica y esta lap. Estas nuevas posesiones podrían ocupar sin problema el espacio de otras que llegaron conmigo y de las que ahora me parece podría prescindir.

 

Por lo regular no tengo demasiado apego los objetos. Muchas de las cosas que poseo y me gustan podrían reponerse, substituirse o podría acostumbrarme a no tenerlas más; pero otras serian imposibles de recuperar. Si redujéramos lo que poseo a su mínima expresión, -estas cosas imposibles de recuperar- creo que una caja de zapatos bastaría para la mudanza.


Una de las cosas que me dolería en el alma perder es este blog, por eso he estado salvando una copia de cada entrada, de cada foto, de cada video colgado aquí con el fin de no depender tan solo del servidor que lo mantiene en línea. Si un día Blogger dejara de existir tengo manera de mantenerlo colgado de la red aunque para ello tuviera pagar por un espacio. Si un día ya no tuviera acceso a las sorprendentes maravillas de internet, planeo seguir escribiéndolo así sea a mano y pegando con cinta fotos en sus paginas.


Nadie sabe con certeza que le depara el futuro, las situaciones cambian, pero hoy esta es mí intención: En esa hipotética mochila a donde guardaría las cosas que no podría dejar atrás, hay un espacio para este blog, sin importar el formato en que se encuentre.

20100718

Todavía


Llevo varios años sintiéndome bien, feliz. No quiero decir que no tengo problemas, que no sufro de reveses, preocupaciones o penas (de todas esas tengo siempre en la alacena), pero cuando hablamos de felicidad y de tristeza, por lo regular lo que hacemos es un balance general de nuestro estado de ánimo, un promedio de nuestra situación. La felicidad y la tristeza absolutas son muy difíciles de alcanzar –no voy a cometer la novatez de decir que no existen: Existen y lamentablemente la segunda es mucho más común que la primera.- y yo nunca he llegado a ninguno de estos dos extremos. Pero conozco estadios que se aproximan a ellos y justo desde que me vine con Trying me siento mas cerca de la felicidad que de otra cosa.


Y ahora que me siento tan bien y que estoy consciente de ello, me urgía este post.

Tarde o temprano, la balanza se va a inclinar hacia el otro lado porque la vida es así, porque ella, muy a mi pesar, me pasará en algún momento la factura y como me gusta liquidar mis deudas habrá que pagar. Mi único deseo es que cuando ese día llegue, tenga yo la entereza suficiente para venir a escribir igual que hoy, que de tan feliz hasta me doy el lujo de tratar de maravilla las cosas más simples. Que tenga yo valor de levantar la mano, de decir: Sigo aquí, y a pesar de todo sigo siendo yo.

20100711

Dos


Las viudas negras tiene un promedio de vida de un año.

Esta araña ha duplicado esa expectativa y no sé si debo preocuparme o sentirme feliz. Feliz por que mantenerse escribiendo durante tanto tiempo sin ser victima de la inconstancia, tan normal en mí, es alentador. Preocupación porque que hayan pasado dos años sin casi notarlo significa que no es cuento: La vida sí se va en un suspiro.

Este cuaderno electrónico no será el mejor ni el peor entre los que existen en los tortuosos caminos de la red, pero lo siento mío. Y tal vez he ido cambiando en el proceso, pero me reconozco cuando recorro hojas en sentido inverso al tiempo. Ahí estoy, con todos mis absurdos, mi intrascendencia, mis errores pero, sobre todo, con mis ganas de hacer las cosas bien, que, si he de reconocerme alguna cualidad, es la única que creo auténtica: Trato de hacer las cosas bien. Aunque no siempre lo consiga, aunque termine cometiendo las mismas burradas una y otra vez, trato, me cae que trato.

Se sabe que algunas viudas han vivido tres años y de otras que en cautiverio han alcanzado hasta los cuatro.

Vamos tras el récord.

20100709

La Felicidad y el Dolor

 
Nadie puede sentir más felicidad que aquella que es capaz de generar en otros.

 El dolor, en cambio, puede alcanzar niveles infinitos.
 

20100425

Como mono escribiendo poesía

No he podido terminar de guardar aquí la visita a Nueva York. A veces es porque tengo demasiado trabajo, a veces es porque cuando por fin tengo tiempo hay algo pendiente que hacer, a veces porque cuando no tengo trabajo ni nada pendiente, me invade el sueño y casi me duermo sobre la computadora mientras intento terminar el –larguísimo, lo sé- relato que empecé. Y cuando no es ni lo uno, ni lo otro, ni lo demás, siento que he tardado tanto que la historia deja de tener importancia. O me parece que he invertido tanto tiempo en guardar lo que pasó allá que no estoy poniendo toda mi atención a lo que pasa aquí. O pienso que en el fondo no tengo la vocación de escribir. Y no estoy hablando de arte, ni de literatura, sino solo de la vocación de contar cosas por escrito. No me alarmo, esa es la misma vieja conclusión que trato de sacudirme de la cabeza de cuando en cuando, la mayoría de las veces con éxito porque si bien el arte no me sobra, terquedad tengo para compartir.

Y en esto andaba cuando vino Noemí a despertarme de mi letargo con este letrero genial. ¿Quién no despierta cuando le arrojan una granada debajo de la cama?

Y pensando en responder ni creas que el cansancio me lo impide =) y al mismo tiempo en la manera en como escribo o no, me acordé que tenia guardado este poema que vi en el metro en Portland.

 
Enseñando al mono a escribir poemas


No tuvieron dificultad
Para enseñar al mono a escribir poemas:Primero lo amarraron a una silla
Después ataron un lápiz a su mano
(el papel ya había sido clavado)

 Luego el Dr. Bluespire se inclino sobre su hombro
Y le susurro al oído:
“Te ves como un dios sentado ahí
¿Por qué no intentas escribir algo?.”
James Tate

20100102

Memoria gráfica del inicio de una década


Una luna llena hermosa vino a despedir el año. No sé que tan seguido coincidan la luna llena y el año nuevo, peor en muchas partes del mundo notaron su presencia.


Sobre Macedonia, detrás de un anuncio de neon.


Sobre las montañas de Arosa en Suiza.


Saliendo detrás de unos saguaros en Arizona, EU.
Estas tres fotos son de AP y son parte de la ciber-fotogalerias de la luna de El Universal


Mientras un avion cruza frente a ella en Londres.
Foto Reuters en la portada de La Jornada

Que lindo si todos los días los diarios mexicanos, en ausencia de notas sobre ajusticiados por el narco, se vieran forzados a publicar fotos así. Algo es algo: Que por lo menos el primer día del año ocurra ya es de agradecer.
 
Pero la Luna, que es muy democrática, también acá en el balconcito vino a darse su asomada, aunque mi foto es del 30, no del 31 de diciembre porque ese día estábamos come que come con la familia de Trying.



Retratar la luna es un dilema: Si la acercas puedes ver con claridad el conejo que vive en ella, pero pierdes la magia que desparraman sus rayos. Si la alejas, puedes ver esa magia claramente, pero el conejo corre a esconderse en su agujero.


 
No se puede tener todo en esta vida

Por cierto, ya científicos japoneses dieron con la guarida del conejo de la luna y están planeando desahuciarlo para construir casas de interés social.


Nota completa en El Universal

Con un poco de suerte el bicho lunar podrá apegarse al programa Obama para refinanciar su hipoteca y evitar que le subasten el jacal.

El caso es que el año se fue escoltado por la luna, y después de la gran celebración, sin casi darnos cuenta se nos fue el primer sol del 2010, sumidos nosotros en la flojera mas total, pero no él, que nos regalo una majestuosa exhibición de todo su poder





Fue tan hermoso y breve que cuando nos dimos cuenta desde el balcón que seria espectacular, tuvimos que aguantarnos la pena de salir a la calle fodongos como estábamos para ir al parque de aquí junto a ver el show, porque en invierno el sol se nos esconde detrás de la pared.


¿Se alcanzan a ver ese grupo de cuervos al fondo? Los seguimos porque ellos siempre saben donde esta la diversión.



Y no son los únicos...

Nos queda aún el Día de Reyes, pero en este país republicano la monarquía no goza de muchos adeptos, así que decidimos retirar hoy las luces del balcón para oficializar el final de las fiestas.




Un balconcito sin luz. El mismo de siempre

Creyendo que lo íbamos a extrañar con su vestido de fiesta, pensamos por un minuto en dejárselo puesto indefinidamente, pero de hacerlo perdería ese sabor que hace a especiales estas fechas y terminamos guardando las series de foquitos para el año que viene. Es gracias a lo cotidiano que lo extraordinario lo es; es gracias a los días grises, a las noches sin luna, a las 49 semanas de un balcón común y corriente, que vale la pena contar ocasiones como estas.

20091216

Por la ventanilla

Salir a trabajar y que el cielo este así:


Y regresar doce horas después cuando el cielo esta del mismo color es algo deprimente para alguien como yo que ama la luz y además no gusta mucho del trabajo que hace.

Que 5 de esas 12 horas se evaporen dentro de un automóvil hace las cosas aún peores.

Y si al final el resultado fue que no pudimos terminar con el encargo y por ello mañana hay que regresar al mismo sitio el día se vuelve, definitivamente, una pesadilla.

Pero levantarse temprano y no tener por largo rato nada mejor que hacer que asomarse por la ventanilla a veces lo cambia todo.



En algún sitio entre Málibu y Santa Mónica arrojé por la borda todas mis miserias.

20091117

La duda de siempre


A veces me pregunto si tiene sentido venir a hacer recuento de tanta menudencia, tanta cosa carente de importancia. Cada insípido momento, cada tontería que pasa por mis córneas, cada absurda idea y suceso que pretende extraviarse en los entresijos de la memoria. Tanto palabrerío para que al final solo quede claro que no hay nada realmente importante que decir.

Vaya usted a saber si convertir esto en una impresionante colección de nimiedades no es sino una impúdica manera de perder el tiempo. Vaya usted a saber.

Pero estas nimiedades son mi vida y decidí empezar a guardarlas aquí porque no quiero que corran el mismo destino que tantas otras que a lo largo del camino se me han ido cayendo por los agujeros que los bolsillos de mi memoria tienen. No quiero que me alcance el futuro recogiendo astillas de recuerdo en un desesperado intento por reconstruir los detalles de una vida que apenas recuerdo, que apenas reconozco. Si un reclamo debo hacerle esa persona que fui, es que nunca tuvo el tiempo o la ocurrencia de anotar las cosas que nos ocurrieron y que ahora intento reconstruir a partir de los fragmentos que el viento no pudo llevarse.

Si este afán es algo estéril o vale la pena es una cuestión que le toca decidir a esa persona que en el futuro seré, no a mí.

Y por respeto a esa persona es que decido, siempre que esta duda asalta mi cabeza, seguir.

20091013

"Egresados de La Castañeda" ó "Favor de guardar silencio" ó "Las maravillosas posibilidades de la red 3.0"

A veces, de regreso a casa –de ida nunca porque voy a lo que dan mis piernas pues siempre salgo con retraso- voy pensando mientras pedaleo. Y mientras mi mente vaga a tontas y locas por los pasadizos de mis ensoñaciones, me ha pasado que de pronto me descubro hablando con nadie. La mayoría de las veces no necesito de ayuda para darme cuenta de ello, pero en alguna ocasión la mirada, a veces curiosa, a veces divertida, a veces de evidente extrañeza de otra persona me alerta de la situación. Es embarazoso. Dan ganas de que te trague la tierra o, mejor aun, de se trague a ese que te mira desde la ventanilla de su auto con cara de querer otorgarte una beca para un curso intensivo en el Instituto La Castañeda.

Fachada del antiguo Manicomio General La Castañeda, en Mixcoac DF, México. Inaugurado en 1910, funcionó hasta 1968, llego a albergar casi 4 mil pacientes de manera simultanea, la mayoría en condiciones deplorables, y sin hacer distinción entre graves casos clínicos y simple indigencia, prostitución o, por que no, gente que acostumbraba hablar sola. (crestomatía del documental “Cárceles” producido por Canal Once)

Hablar solos es de lo más normal, muchísima gente –sospecho que hasta la mayoría de nosotros- lo hacemos, pero es semejante a despejarse la nariz o dejar escapar un efluvio gástrico (y quiero destacar mi pulcritud lingüística para no decir simplemente sacarse los mocos o tirarse un pedo): Todos lo hacemos, pero cuando alguien nos descubre en plena acción, es denigrante.

Pero el caso es que, más seguido de lo que me gustaría aceptar, alguien me descubre hablándole al viento y se ríe.



Estoy de acuerdo con el caballero: calladitos nos veríamos más bonitos (Interno de La Castañeda. Crestomatía del mismo documental) Nota: Ignoro cual sería la afeccion de este hombre, esta y muchas imagenes son fotografias de un archivo descubierto en un rescate de expedientes de La Castañeda pero no incluian explicación. La dulzura de su expresion me fascinó. Si tuviera que regresar en el tiempo y me dieran a elegir quien ser, quiza elegiria ser este hombre.

Y hace un par de días, de regreso a casa, venia pensando –y hablando al mismo tiempo, por supuesto- sobre lo parecido que es hablar solos y llevar un blog. No hay por que negarlo: si al contratar un espacio para un blog decidimos hacerlo publico es porque esperamos que algún despistado entre a leer y, con suerte, el o la despistada en cuestión tenga el desatino de volverse recurrente; pero nuestra intención de compartir lo que escribimos y el hecho en si de escribirlo son cosas muy distintas: Aunque esta implícita la intención de ser leídos, escribir es un proceso que realizamos solos. Pensamos (en voz alta, esta por demás decirlo), organizamos en palabras aquello que paso por nuestra cabeza y lo vaciamos de manera medianamente ordenada en el blog. Básicamente el post es la cristalización de todo el tiempo que pasamos hablando solos, con la única variante de que en vez de ir cuidándonos de que quien pase nos vea, vamos propiciando que lo hagan. El resultado es también paradójicamente opuesto: En vez de dirigirnos una mirada de compasiva extrañeza o de abierta burla, la gente que nos lee hablando solos hasta se anima a participar comentando y, a veces, termina estableciendo un lazo amistoso tras mostrarnos a su vez sus propios soliloquios.

Somos un montón de gente extraña quienes mantenemos un blog, un tipo especial de persona, que valiente y tonta, se lanza a permitir sin el menor empacho que el resto se entere de aquello que su boca balbucea distraídamente en vía publica, y que se enorgullece de algo que en su periodo no virtual lo haría correr a esconderse debajo de una piedra. Se cuenta que en La Castañeda era común internar a personas victimas de padecimientos que hoy con el ritmo de vida moderno nos aquejan de manera cotidiana, como el estrés, la histeria y la depresión; hoy, los seres humanos hemos avanzado hasta el punto de haber creado una manera en la que hablar solos no es mas un estigma del cual avergonzarse. Ese es uno de los grandes meritos de la internet 2.0: convertir en permisible cosas que eran vistas con sorna y desaprobación.

Pienso que los futuros desarrolladores del ciber espacio deberían tener entre sus objetivos para la creación de la muy esperada red 3.0, la reivindicación, virtual al menos, de los otros vilipendios que nos quedan: la exploración digital de nuestras fosas nasales y hasta de esas vergonzantes evasiones aromáticas de nuestro nunca bien ponderado tracto intestinal. La humanidad, a tirones, pero avanza.

20090718

Segunda clase

La vida, pienso, es como un viaje en tren. Durante el recorrido –que puede durar mucho tiempo, o acabarse recién haz ubicado tu asiento- miramos por la ventana. De este mundo inmenso, solo podemos ver la parte que desfila frente a ella.

Hay gente que viaja en primera y su asiento se ubica en el carro panorámico. Esta gente puede ver grandes porciones del mundo y, si sabe aprovechar su privilegio, podrá maravillarnos con todas las cosas que tiene que decir.

Yo obtuve un lugar en segunda clase, del lado del pasillo. Desde mi asiento veo una limitada franja del paisaje y, por tanto, solo tengo pedacitos sueltos, historias incompletas, atisbos de realidad para contar.

Buscando suplir mi limitada vista, un día decidí dejar de estirar el cuello y empezar, en cambio, a usar la imaginación.

La razón por la que este blog es tan repetitivo es que descubrí que mi imaginación es muy limitada también.

Pero me divierto.

20090714

Actualizaciones

Afortunadamente no todo asunto del que he hablado en el blog requiere revisión, porque son muchas entradas y con mi mala costumbre de hacer largo un texto que puede escribirse en tres oraciones, actualizar todo volvería el proceso interminable y aburrido. Procuraremos entonces que solo sea aburrido. =)

1- El
visitante incomodo no ha vuelto a aparecerse. Tras nuestro primer encuentro, lo vi de nuevo como a los 15 días colgado del mismo lugar, pero luego no más. Me avergüenza descubrir que no tengo alma de conservacionista, pero prefiero que este tipo de animalitos establezcan su hábitat en sitios mas alejados de mi puerta.

2- Estamos por cumplir un año de la muerte de
Alejandro Aura. Su esposa, Milagros Revenga, inicio un blog donde habla de él e incluye sus escritos y cualquier nota que se publique a su respecto. Quien desee visitarlo podrá hacer clic aquí o encontrar el enlace a la ultima entrada en la columna de la izquierda. Es un sitio cálido y hermoso, -que se parece mucho al sol entrando en su salón, Sra. Milagros-

3- No volvimos a saber de la
Caja de la Muerte. Cuando mi pareja la compró, una ancianita había estado dudando entre llevársela o no, y enmedio de sus dudas, mi pareja se le adelantó. Cuando la regresamos, la caja desapareció casi de inmediato de la tienda. La gente que va a las tiendas de segunda mano es muy asidua, así que supongo que la ancianita finalmente se la llevó. Ojalá ella haya tenido mejor suerte que nosotros.

4-
El intruso nos sigue visitando. La verdad sospecho que no es uno sino varios aunque no tengo pruebas. Apenas hoy en la tarde uno detuvo su vuelo justo frente a mí y se quedo observándome unos segundos. Aunque tenia la cámara a la mano, no pude reaccionar y se fue tan rápido como llegó. Les debo foto.

5- Sigo a la caza de cielos los hermosos que nos ofrecen nuestras
dos ventanitas, esos, afortunadamente, no escasean. Para muestra un botón:

6- Afortunadamente nuestro par de monstruos han resultado un fiasco como cazadores y no hemos tenido la sorpresa de verlos entrar con presas mas grandes que una polilla. Tampoco hemos tenido mas accidentes con pajaritos talibanes y esperamos seguir sin novedad.

7- Un día alguien olvido encadenar a
Pogie. y escapó. Lo buscaron durante horas sin resultados y, cuando pensé que por fin se habia liberado, entró caminando lentito y se tumbo junto a su poste a dormir. Que decepción. Hace tres meses. la empresa donde trabajo cambio de dirección y le perdí la pista, aunque se que aun vive ahí porque hace días, camino al trabajo, lo vi sentado tras la reja. No me reconoció y no quise acercarme...

8- No volvimos a saber de
Yary. Tampoco quisimos hablar por teléfono para preguntar por ella, pero confió en que este bien.

9- Aunque nuestro
monstruo no volvió, hemos tenido encuentros cercanos con parientes suyos. Una noche hace como un mes estuvimos a segundos de atropellar a uno con el auto, pero mi pareja alcanzo a frenar y lo vimos perderse entre las sombras. Puedo asegurarles que no son bonitos

10- Esta foto de hace días muestra que no hemos dejado de recibir los
avisos que me recuerdan en que país estoy. Que se le va a hacer...



11- Me contaron que la dueña del pony en Malibu es de una de las inversionistas de la película Transformers, Revenge of the Fallen, así que dudo que las mascotas de esta granja les afecte la recesión. Tan es así que es probable que volvamos a trabajar en ese sitio, porque están interesados en cambiar la enorme escalinata que sube hasta los corrales. De ser así llevare la cámara, prometido.

12- Ya no ha regresado
Willy y no me extraña tras el desprecio que Ramona y Moshki le hicieron a Fingers; pero si lo he visto colandose a hurtadillas a otras casas.

Y ya.

A partir de hoy inicia un año nuevecito que va a traernos no sé que, pero, a menos que algo terrible ocurra, vendremos a guardar aquí lo que sea que traiga.

20090712

Araña de un año


El 10 de julio cumplió un año este blog. Cuando empecé lo hice sin demasiadas expectativa porque ya antes había intentado mantenerme escribiendo sin éxito. 365 dias y casi 150 entradas después parecen confirmarme que, como bien dijo Alejandro Aura, “No se puede escribir si se esta triste”. En estos últimos años he logrado deshacerme de la cantidad necesaria de tristeza para lograr escribir cosas que al leerlas no me orillen a querer destruirlas o me impidan reconocerme debajo de todo ese “tiradero de añicos vidriosos y salados” que quedan cuando es la tristeza y no el deseo quien que nos arrincona a sumergirnoss el mar de las palabras.

Pensé que la manera apropiada de celebrar este primer aniversario era haciendo lo contrario de
lo que hacen –y que tanto detesto que hagan- los periódicos, que publican notas sobre asuntos de los que difícilmente vuelven a hablar si ya perdieron ese toque de escándalo que los hace comerciables. Esto seria: dedicarle espacio a retomar algunas de las cosas de las que he guardado en este blog a lo largo de este año y que precisan actualización. Tomando en cuenta que este blog lo abrí con la intención de no olvidar y de evitar que el tiempo se me pase como si no me diera cuenta, creo que recapitular es la manera adecuada de ejercitar la memoria y de revisar si sigo sintiendo y pensando lo mismo conforme la vida, lenta pero inevitablemente se nos va.

Antes, quiero agradecer la paciencia a todos los que han entrado a leer, y agradecer infinitamente a quienes,ademas, me han permitido leer a su vez lo que ocurre allá, del otro lado, de su lado. Lo más valioso que he obtenido al escribir ha sido la oportunidad de conocer lo que ocurre allá, en ustedes, a quienes considero -y lo digo de corazon- mis amigos. La oportunidad de compartir este viaje que todos hacemos,
metidos en una botella atravesando el mar.

20090614

Advertencia

Agotada la emoción de descubrir lugares nuevos que motiva a escribir loca y apresuradamente; regresan a los días de levantarse con el sol, de moverse al ritmo del reloj –cuya tiranía me alcanza a pesar de mi sistemática negativa de llevar en la muñeca su oprobioso sino-, de hacer, como siempre, las cosas de siempre. Los días de siempre, copias al carbón los unos de los otros, tienen necesariamente algún inicio que desconocemos pues se ha extraviado el día original del cual donde nacieron todos; miramos al pasado, como astrónomos escudriñando el universo, buscando determinar inútilmente la fecha de nuestro Big-Bang privado y, como ellos, nos quedamos con un palmo de narices, un cuaderno atiborrado de notas y mas preguntas que al principio. Pero con una certeza: los días de siempre están ahí, como siempre, adormeciendo el tiempo mientras transcurre la vida.

Yo escribo y me doy cuenta, reconozco, que la lectura que alguien haga de mi podría ser muy distinta de lo que en realidad soy. Lo que aquí se lee no refleja las largas horas de andar las mismas calles, de estar en los mismos lugares, de hablar con la misma gente, de los días que reproducen copias de si mismos por arte de gemación. En el muro blanco de mi vida cualquier mancha, cualquier grieta, cualquier bicho que por casualidad se posa en ella es noticia y me motiva a venir a colgarla aquí como si fuese algo extraordinario. Desde que regresamos de Portland me asalta la preocupación y por eso quise publicar esta advertencia:

No pienses que yo soy como me lees. Esto que lees es una porción ínfima de mi, la punta del iceberg, esa parte de la casa que nos preocupa mantener limpia por si hay visita, la imagen que revisamos en el espejo antes de salir a exponernos a la vista de otros. Esa imagen que cuidamos y que corresponde más que a nuestras esperanzas –o desesperanzas- y que difiere mucho de lo que en realidad somos.

Esta advertencia, sin embargo, no es únicamente para quien entra a leer sino, principalmente, para mí:

Por mas que te atraiga la idea, nunca te dejes convencer que te pareces mas a esto que lees, que a lo que eres en esos días en que apagas el despertador –por tercera vez- y te dispones a iniciar esa rutina que difícilmente vendrás a escribir aquí.

Caricatura en el muro de un restaurante en Portland, Oregon. de donde nace esta advertencia

20090524

Recordatorio

Me estoy haciendo el propósito de recordar cada que entro a este lugar, que aquí vengo a guardar las cosas pequeñas o grandes que me ocurren en la vida, y no que estoy buscando que en la vida me ocurran cosas para tener algo que venir a escribir aqui.

20090519

Un Regalo

Una vez, hace mucho, asistí al taller literario de Rosita Nissan con la ilusión de aprender a escribir. Ella, desde la primera clase, nos dijo que ahí no íbamos a aprender a escribir, que lo que íbamos a hacer era leer textos que ella iría eligiendo, hablar sobre ellos y, después hacer el intento de escribir sobre cierto tema que ya iría saliendo (o no) según lo que ocurriera en las lecturas. De modo que en el taller de Rosa no aprendí a escribir, pero aprendí algo mejor: aprendí a poner atención. Atención a lo que leía, atención a lo que decían otros y atención a lo que ocurría a mi alrededor y en mi interior. El ultimo día del curso, nos invito a tres o cuatro de sus alumnos a continuar con las clases pero ya no en la universidad, sino en su casa. No me siento con la capacidad para hablar sobre ella, no aprendí lo suficiente para describir con mis palabras su belleza, su paciencia, su encantadora manera de leer historias, ni sus extraordinarias dotes de maestra, con las que nos hizo aprender casi sin darnos cuenta, en esa casa suya donde la enredadera y el tiempo trepaban por el techo alargando la puesta del sol, haciéndolas las horas eternas. Pero esas tardes se me terminaron un dia para siempre y yo, tan lejos de La Condesa y padeciendo por aquel entonces de tanto contratiempo, no pude nunca regresar ni siquiera a despedirme, a darle las gracias por todo lo que me enseñó y lo que supe escuchando a quienes iban a su clase.

Pero aprendí. Y dos de las cosas que aprendí, pienso que las mas valiosas, fueron, primero, a no avergonzarme de escribir, a no arrepentirme ni de lo que escribo ni de la manera en que lo hago y, segundo, a no escribir con la intención de crear la obra maestra que me hará merecer la admiración del mundo, del país o al menos del vecindario donde vivo; que me proyectara a la de fama, a la publicación de libros, a las notas en los diarios y las entrevistas amables en el programa nocturno del momento: Hay que escribir solo por gusto.

Una tarde, al salir de su casa, una de las compañeras nos regaló un recorte de diario con una breve columna donde Eusebio Ruvalcaba, periodista y escritor mexicano, le daba a su hija Erika diez consejos sobre el oficio de escribir. Guarde el recorte todos estos años porque pienso que resume esto que entendí en los meses en que estuve con Rosita. He visto en varios de los sitios que siempre entro a leer, comentarios sobre lo difícil que puede volverse escribir aunque solo lo hagamos en un blog, y pienso en lo que Rosita me enseño y en el regalo que me hicieron y decidi venir a dejar este recorte, con la esperanza de que les sirva tanto como me ha servido a mí.
Haz click para leer:

20090517

Mario Benedetti

El día de hoy, fallece el poeta uruguayo Mario Benedetti. Todos los diarios y blogs van a hablar mucho del asunto. Yo no voy a presumir de conocer a fondo la obra de Benedetti, de haberme bebido sus poemas. Solo conozco algunos, pero los pocos que conozco me llenaron el alma de cosas que guardo muy dentro y que, espero, me duren para siempre. Hace poco mas de 18 años me enviaron una carta que tengo guardada junto con muchas otras. Estas cartas decían cosas que me ayudaron a seguir en el camino que voy, en la búsqueda de aquello que persigo aun con insistencia: A mi.

En esta carta me enviaron entre otras cosas, un poema de Benedetti que se convirtió, justamente, un credo.


CREDO

De pronto uno se aleja
de las imágenes queridas
amiga
quedás frágil en el horizonte
te he dejado pensando en muchas cosas
pero ojalá pienses un poco en mí

vos sabés
en esta excursión a la muerte
que es la vida
me siento bien acompañado
me siento casi con respuestas
cuando puedo imaginar que allá lejos
quizá creas en mi credo antes de dormirte
o te cruces conmigo en los pasillos del sueño

está demás decirte que a esta altura
no creo en predicadores ni en generales
ni en las nalgas de miss universo
ni en el arrepentimiento de los verdugos
ni en el catecismo del confort
ni en el flaco perdón de dios

a esta altura del partido
creo en los ojos y las manos del pueblo
en general
y en tus ojos y tus manos
en particular.



Mario Benedetti.



Sigo aquí, sigo creyendo en lo mismo. Sigo buscando.

Descanse en paz. Mario Benedetti.



La Llamada, Remedios Varo. 1961
Esos pasillos del sueño a donde siempre,de alguna manera, te encuentro.