Por las mañanas aqui es todo actividad y prisas hasta la hora en que salimos a trabajar; despues, y como este vecindario es bastante tranquilo, la casa se queda silenciosa y quieta por varias horas. Ayer yo sali temprano del trabajo y estuve un buen rato sin mas compañia que los gatos que se regresaron a dormir tras una no muy efusiva bienvenida. Y como siempre que no tengo que hacer, me sente frente a la pc y desplegue las velas para navegar. Asi llevaba un rato, inmovil frente al monitor cuando de reojo lo vi acercarse calladito por la ventana que esta a un lado. Su visita duro un parpadeo, recorrio una por una las flores que pueblan las macetas del balcon, hizo una pausa frente a la puerta corrediza y despues se alejo tan rapida y silenciosamente como habia llegado. Apenas tuve tiempo para tomar la camara, encenderla y disparar tres veces. Era tan veloz que solo uno de esos disparos dio en el blanco.
Esta fue una semana especialmente pesada y preferi quedarme en casa la tarde del domingo lo que me dejo nuevamente frente a la pc y con la sola compañia de los gatos invisibles. Casi a la misma hora de ayer se presento el ladron y realizo el mismo recorrido: de izquierda a derecha, de maceta en maceta, de flor en flor,introduciendo su fino pico en cada corola disponible y despidiendose con un vuelo sostenido frente a la puerta del balcon antes de desaparer de nuevo. Mi lente atrapo tres veces al intruso:
Creo que mañana a la hora que estemos trabajando y los gatos recorran de nuevo los tejados del sueño, él vendra otra vez a posarse unos segundos en nuestro balcon y, como la felicidad, o el destino, o la fortuna, o la muerte, se ira sin que nadie se de cuenta porque estaremos ocupados haciendo otra cosa.
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