Por la mañana, al salir de casa me encontré con que alguien durante la noche había pintado un letrero en la barda, justo frente a muestra casa.
“No me va a importar”
Tomé una foto rápida aunque ya andaba deprisa porque sospeché que por la tarde ya no la encontraría. Y así ocurrió.
Quien lo escribió también sabía que no iba a durar, que en esta cuidad, en este país, se acallan todos los gritos. Hasta los de las bardas.