20130330

No soy un tsunami


Siempre estoy con que voy a regresar aquí y que voy a regresar aquí, pero no lo hago. Y es que resulta difícil, con el montón de cosas en las que ando metido, pero aunque no lo parezca, extraño el blogcito y aquel tiempo en el que toda mi actividad en internet se reducía a escribir aquí y leer blogs de amigos. Como que todo era más simple, más amable y hasta más feliz. 

Una de las cosas que más me gustaba escribir aquí era cuando salíamos a pasear; no por presunción, sino porque escribir era un remedio contra el olvido que termina por volver borrosos mis recuerdos, tanto que a veces revuelvo hechos y convierto mi vida un desgarriate de sucesos que no se si me ocurrieron a mi, en sitios que no atino a distinguir si en verdad los visite o los vi en la tele.


Desde que deje el blog hemos hecho dos viajecitos que nunca guardé y revisando las fotos me lleno de nostalgia por el blog, por saber que no tome notas y que poco a poco se hundirán esos recuerdos en el marasmo de mi lagunas mentales. Ahora que vamos regresando de otro viaje, llegue con la firme convicción de retomar el blog y de rescatar del olvido las imagenes fresquecitas que traigo de allá.


Pero los retornos, creo, deben hacerse poco a poco. O al menos eso de regresar como un torrente, de canijo sopetón no es para mí, por eso esta entrada es corta y solo incluye una foto, la primera del rollo.

 
Monte Rainier, Washington, desde el aire.