20100430

Solución para todo

Para todo hay solución.

El estrés y la tensión se alejan mentando madres hasta que te gana el sueño. Al despertar, el malestar se evaporó.

Los agujeros en las paredes y el olor a tablaroca se arreglan con un poco de papel, cinta adhesiva y paciencia.


Pero yo no encontraba la manera de tranqulizar a los gatos. La casa tan pequeña, sonido de motores, herramienta, paredes y techos crujiendo, y la amenaza latente de que se desatara un drama cuando alguien, por descuido, abriera la puerta del cuarto a donde los enclaustramos tras de su fracaso como refugiados.

Pero a Trying se le ocurrió algo:


Y nadie, pero nadie, entró a la recámara, y fue así como fontaneros, gatos y dueños pasarón una tarde de lo más tranquila.

Casa rota

Sumándose a esta temporada de contratiempos y prisas, desde el lunes estamos con la casa en obra, le están reemplazando la fontanería entera a toda la unidad de condominios, pues la anterior por lo dañada que esta, ha inundado ya los departamentos de niveles inferiores en varias ocasiones. Como resultado tenemos la casita convertida en un queso gruyere.


(Imagino que los plomeros también han padecido, pues estos agujeros y los de la cocina los abrieron a martillazos.)

La casa convertida en campamento de damnificados.


Y dos gatos muy poco cooperativos, pues los dos días los hemos llevado como refugiados a casa de los papas de Trying, ha sido un teledrama sacarlos de debajo de la cama a la hora de traerlos a casa de nuevo. Todo sin contar con los trastornos en el horario de trabajo, las comidas de lo que se puede a la hora en que se puede y el deleznable olor que emite el interior de las paredes de tablaroca con la que hacen sus casas estos simpáticos gringos.

Si compras casa en E.U. básicamente estas comprando un armazón de madera cubierto con cal comprimida. Punto. Si rompo de un puntapie esa endeble placa que se ve al fondo, obtengo una linda panorámica de la casa del vecino. Serán muy seguras en caso de terremoto, pero virtualmente están hechas de mierda.



La reposición de la plomería durara unos días mas y después tendremos que esperar a que venga otro contratista a reparar el daño. Una semana más de vivir en la zona de desastre.

Hoy probaremos como se comportan estos gatos en una casa, por ahora duermen como blancas palomitas pero dentro de rato que lleguen los fontaneros veremos de que están hechos ellos... y también nosotros. (A quien piense que exagero, lo reto intentar sacar a Moshki de debajo de la cama y salir ileso. XD )

En caso de sobrevivir, seguiremos informando.

20100425

NY 7 "La luz que andamos buscando"

El ultimo día completo en Nueva York empezamos lo mas temprano que pudimos, porque ya para entonces la caminata de las jornadas anteriores estaba haciendo mella en nuestras piernas. Para esta mañana el tímido sol de los dos días anteriores se había puesto su traje de gala para despedirnos. Quiero pensar que por fin se estaba encariñando con nosotros y su cambio de humor era en pago por el berrinche que nos hizo a la llegada y no que su ánimo mejoraba viendo que ya nos íbamos.

Nuestra primera estación esa mañana era el Museo de Historia Natural que quedaba precisamente al otro lado de Central Park de donde estaba otro museo, El Whitney; era la ocasión de matar tres piedras con un pájaro. O más bien cuatro: porque de camino pasaríamos cerca de la estatua de Alicie in Wonderland, que era uyn sitio que Trying se había propuesto ver desde que planeábamos el viaje.

Además, así podríamos dar otra vuelta por la parte alta de Manhattan, tan distinta a la parte baja que recorrimos la tarde anterior


Más amplias y mucho más tranquilas que las alborotadas calles de la zona sur. Tal vez en las fotos la diferencia no queda muy clara pero son dos ciudades bien distintas.
 

Los museos de historia natural que conozco tienen estructuras muy semejantes, pero me gustan porque siempre encuentras cosas divertidas, interesantes o que no sabias a pesar de que creíste entender como es que funcionaba el mundo.
 

186 kilos y medio... Debí pedir la omelette sin tocino...


Este cangrejo gigante japonés era del tamaño de un sedán.


Extrañábamos a Moshki


...y a Ramona. ¿Comenté alguna vez lo bien que se llevan?


Un millón de arañas tejieron esta prenda de un amarillo dorado precioso.


Por supuesto la estrella del show es el tiranosaurio y todos quieren verlo. El ultimo piso del museo estaba atiborrado de niños, lo que le recordó a Triyng, quien no muere de ganas de ver a nadie menor de 10 años en sus vacaciones, que era hora de irse.


Un par de calles más adelante está Central Park. En vez de hablar sobre él, invito a quien lea a caminar por esa arboleda una mañana tranquila de abril.


Para entonces estábamos algo cansados y no bien seguros si llevábamos el rumbo correcto, así que nos detuvimos unos minutos a descansar frente a este estanque habitado por peces dorados (¿Se alcanzan a ver?), y mientras conversábamos, algo salió de entre la hierba y se lanzo al agua.


Eran una pareja de Patos Reales, la primera que regresa de sus vacaciones en el sur. Los Patos Reales solo forman parejas en el periodo en que la hembra esta por poner huevos, así que estos estaban de luna de miel. Tomé estas fotos como prueba, ya solo faltaba buscar a Holden para contarle mi hallazgo. Felices, nos dispusimos a seguir nuestro camino.


El invierno este año fue especialmente duro en Nueva York, pense que encontraríamos Central Park mucho mas seco de lo que estaba.


Llegados a este punto pudimos comprobar que no nos habíamos perdido, ahí adelante estaba la estatua de Alicia. Pero ¿Por qué le interesaba a Trying ver a Alicia? En una de las lecciones de lectura que enseña, hay un cuento llamado “Exploring Parks with Ranger Dockett” en el que un guardabosques como es su trabajo cuidando Central Park. Uno de los lugares que visitan es la estatua de Alice in Wonderland. Siempre le sorprende mucho a los niños que exista una estatua de Alicia –la mayoría de los chicos de segundo grado aquí saben quien es Alicia, pero no conocen una estatua- y Trying quería mostrarles una foto del sitio para que vieran que el lugar existe.

Pero al llegar, en vez de una estatua solitaria como la de la ilustración:

 
Alicia era copada por un montón de chamaquitos y un grupo de padres y hermanos sacando fotos. Como no nos animamos a gritar “Fire!!! Run for your lives!!” para que todos se alejaran, Trying tuvo que conformarse sacándose la foto frente a la estatua pero con el montón de chiquillos colgando de ella.

La estatua de Alicia se encuentra en el borde del parque, así que su encuentro era el final de nuestro paseo y le dijimos adiós a Central Park.

Unas calles mas al este y llegamos al Museo Whitney. Este es un museo de arte moderno, de corte parecido al Guggenheim, pero la diferencia entre uno y otro es abismal, pasamos largo tiempo recorriendo sus salas, metiéndonos dentro –textualmente- de algunas de las obras de arte, y maravillándonos con un montón de salas de video que muestran pequeños filmes, algunos muy zafados pero muy divertidos; nada que ver con el pretencioso y acartonado estilo de Guggenheim que te hace pensar que caminas dentro de la morgue. El único problema es que la tienda del museo es mínima, y fue imposible conseguir reproducciones de algunas de las cosas que vimos ahí. Dos de las obras que más me impresionaron fueron la historia fotográfica de Ty Ziegel, un marino que regreso de la guerra de Irak desfigurado en un atentado suicida para casarse con la prometida que dejó esperándolo meses atrás.


Tras un noviazgo de años que trascendió a su accidente, se casaron y su boda fue nombrado día de fiesta estatal (Illinois), pero el matrimonio de Ty y Reneé duro solo 3 meses. Yo cuelgo esta foto y no otras porque las imágenes son estrujantes. Si alguien quisiera ver la serie completa de la fotógrafa Nina Berman, (tal como la vimos en el Whitney) pude hacerlo aquí.

Pero advierto que no deben hacerlo si son de temperamento sensible.

La otra fue una escultura hiperrealista de Duane Hanson.


“Mujer con perro” es de 1977 (la foto viene de la pagina del Whitney) y no es una simple figura como las que se encuentran el los museos de cera; viendo a corta distancia a esta mujer hecha de polímero es difícil creer que no es real, por un momento piensas que va a parpadear o peor, que va a levantarse de su silla. Da un poco de miedo verla pero es fantástica.
 
Salimos del Whitney y anduvimos hacia el sur un rato sin una idea exacta de a donde podíamos ir, estábamos entre Union Square, la plaza en donde normalmente se realizan las protestas en Nueva York y El puente de Brooklyn. El problema era que por la hora y al ser el ultimo día completo que estaríamos ahí, el lugar al que no fuéramos ya no lo íbamos a ver.

Y entramos al metro con esa disyuntiva cuando en el transbordo donde debíamos tomar una ruta u otra, escuchamos música.



El grupo del trombonista Alex LoDico tenia dos saxofonistas increíbles que yo no pude grabar pero Trying sí.



Cuando nos fuimos de ahí nos fuimos finalmente a Brooklyn.



Y esperamos en Brooklyn Heigths Promenade, -que es un paseo al pie del puente con vista a Manhattan- a que se pusiera el sol.

(click en la imagen para ver en grande)


Cuando empezó a obscurecer. Fuimos a buscar un sitio a donde comer para regresar más tarde a ver la ciudad de noche.


Comimos en un bar, el “Henry Street Ale House” fue el lugar más neoyorkino –se notaba a leguas que éramos lo únicos turistas- en todo el viaje, también el mas económico y mas rico de todos.

Después, regresamos a la rivera del Hudson.


Incluidos en estas imágenes que tanto me gustaron, están los edificios del distrito financiero del que no hable muy bien hace unos días. La mayoría de las cosas –y de la gente también- poseen un ángulo por donde se asoma la belleza. Tal vez debo ejercitar un poco más mi tolerancia.
 
Intoxicados de luz y por ser la ultima, quisimos terminar la noche yendo a Times Square. Sacamos muchas fotos ahí, la mayoría salió borrosa y no sirvieron, pero nos guardamos en la memoria el espectáculo de luz artificial que palidecía sin remedio frente a la luz proveniente de los rostros de tantas personas que miraban asombradas pensando que lo bello estaba afuera.
 




Estos últimos en particular, me pidieron que les tomara una foto, cuando les entregue la cámara, miraron el resultado (seguramente opaco en comparado con la vivacidad del neon) y con un dejo de decepción nos dieron las gracias. Que ganas de decirles que la luz que buscaban no estaba en la pantalla de LCD...

Como mono escribiendo poesía

No he podido terminar de guardar aquí la visita a Nueva York. A veces es porque tengo demasiado trabajo, a veces es porque cuando por fin tengo tiempo hay algo pendiente que hacer, a veces porque cuando no tengo trabajo ni nada pendiente, me invade el sueño y casi me duermo sobre la computadora mientras intento terminar el –larguísimo, lo sé- relato que empecé. Y cuando no es ni lo uno, ni lo otro, ni lo demás, siento que he tardado tanto que la historia deja de tener importancia. O me parece que he invertido tanto tiempo en guardar lo que pasó allá que no estoy poniendo toda mi atención a lo que pasa aquí. O pienso que en el fondo no tengo la vocación de escribir. Y no estoy hablando de arte, ni de literatura, sino solo de la vocación de contar cosas por escrito. No me alarmo, esa es la misma vieja conclusión que trato de sacudirme de la cabeza de cuando en cuando, la mayoría de las veces con éxito porque si bien el arte no me sobra, terquedad tengo para compartir.

Y en esto andaba cuando vino Noemí a despertarme de mi letargo con este letrero genial. ¿Quién no despierta cuando le arrojan una granada debajo de la cama?

Y pensando en responder ni creas que el cansancio me lo impide =) y al mismo tiempo en la manera en como escribo o no, me acordé que tenia guardado este poema que vi en el metro en Portland.

 
Enseñando al mono a escribir poemas


No tuvieron dificultad
Para enseñar al mono a escribir poemas:Primero lo amarraron a una silla
Después ataron un lápiz a su mano
(el papel ya había sido clavado)

 Luego el Dr. Bluespire se inclino sobre su hombro
Y le susurro al oído:
“Te ves como un dios sentado ahí
¿Por qué no intentas escribir algo?.”
James Tate

20100418

NY 6: "Primavera para los ojos"

Después de andar perdidos un par de horas buscando Washington Square Park, alguien nos dio informes de cómo llegar y fuimos ahí. Trying tenia varias razones para querer verlo, yo solo una: la cinta “The visitor”. Hay una escena en ese lugar que Trying ya incluyó en su blog y por ello no la repito, pero guardaba en secreto la esperanza de ver algo parecido en ese lugar.


A la entrada del parque, una chica sostenía este letrero:


La primavera llegó. ¡Detente y mira a tu alrededor y dinos que ves!
Y eso fue exactamente lo que hicimos.


No encontramos tambores pero música no nos faltó en Washington Park. Con el corazón lleno, nos encaminamos a la Universidad de Nueva York (NYU), muy cerca de ahí.


El campus de la NYU es parte de la cuidad, es decir, no existe una delimitación clara entre la cuidad y la universidad. Los edificios de esta están repartidos entre varias calles al norte del Parque Washington, por lo que su vista no es tan espectacular como la de la Universidad de Columbia, Pero, eso sí, la tienda de la universidad no se salvo de nuestra visita =)

Saliendo de la tienda regresamos a la avenida y, quisimos aprovechar la tarde de sol para ir al sitio al que teníamos que ir: La Zona Cero. Entramos por la Capilla de San Pablo, para ver de cerca el cementerio que fotografiamos el primer día desde el camión.


Las lápidas datan de finales de siglo XVI; detrás puede verse la construcción de lo que será el nuevo complejo del World Trade Center. Es muy peculiar la proximidad de este panteón al sitio del desastre del 11 de septiembre, no solo por su antigüedad, en contraste con lo ultramoderno que serán los nuevos rascacielos, sino también por lo macabro que resulta este panteón tras tanta muerte ocurrida ahí. Trying opina que no deberían construir nada mas ahí, piensa que ese es un lugar solo para muertos.

John Deforees, quien falleció a los 17 meses, está de acuerdo con Trying y se los ha estado gritando desde 1794: No deben construir nada más ahí.

El sitio donde antes estuvieron las torres gemelas es por ahora en un enorme pozo cercado, lleno de grúas y excavadoras.

 
Un día se erguirán allí 7 gigantes de cristal y acero, como otro monumento a la necedad y soberbia humanas. No aprendemos.

En el distrito financiero no hay mucho que ver. Es un sitio impresionante por la altura de los edificios y el morbo que despierta la Zona Cero , pero helado y poco amable, no estuvimos mucho tiempo ahí. Sin embargo, sabiendo que muy cerca estaba el rio Hudson, caminamos hasta la ribera. Para ver que nos hallábamos.


Una vista de Nueva Jersey, la cuidad gemela de Nueva York.
 

La Estación Central de Trenes de Nueva Jersey.
 

Y por allá, muy lejos, Ellis Island, (a la derecha) el sitio por donde millones de migrantes, principalmente europeos, entraron a Nueva York hasta 1954 y (al centro) una silueta harto reconocible.
 
La magia del zoom.


Fue quizá lo mas cerca que estuvimos del famoso monumento. Trying me dijo varias veces antes y durante el viaje que no tenía demasiadas ganas de tomar un barco para acercarse a verlo, menos aun de bajar en el islote y definitivamente ninguna intención de subir al mirador que hay en su corona. Y yo estuve de acuerdo. No voy a negar que me habría encantado acercarme más y tomar muchas fotos de la dama de cobre, pero creo firmemente que el sentido de esta estatua se pierde por completo en un país que, por citar solo un ejemplo, mantiene encarceladas, sometidas a tortura, sin acusación formal y sin derecho a un juicio ni abogado, a cientos personas en prisiones clandestinas alrededor del mundo y en otras bien conocidas como Guantánamo. La estatua les fue regalada de buena fe, pero Estados Unidos no se la merece. Hasta que ello ocurra prefiero no acercárme.

Como ya empezaba a anochecer, empezamos a caminar de regreso al hotel, esta vez para pasar por el barrio de Soho. Soho es una zona comercial repleta de tiendas de todo tipo, desde los aburridos almacenes de ropa y zapatos que encuentras en todo el país, hasta tiendas algo extrañas, que eran precisamente lo que buscábamos.

Cualquier parecido con el Centro Histórico del D.F es mera coincidencia.


No solo en Soho, sino en muchas partes de Manhattan hay tienditas como estas, hermosas pero nada económicas. ¿Alcanza a verse que un mango cuesta dos dólares? Wooow.


Esta tienda de posters merece mención especial. Cualquier coleccionista, aficionado de la música y del cine estaría encantado de entrar a perder dos horas de su tiempo curioseando en ella. Para llevarse algo hay, sin embargo, que estar dispuestos a desfondar las cuentas de banco porque un póster de concierto de 1970 cuesta entre 600 y 3000 dólares. Afortunadamente, para los turistas con presupuestos estrechos, tienen una nutrida colección de postales.



La mujer en el escritorio y el hombre de la camisa verde son los propietarios, que amablemente accedieron a dejarnos sacar fotos. El hombre en la computadora es un comprador que buscaba en el catálogo un póster con valor de mil dólares. La foto es de Trying, a mi todas me quedaron movidas =)


Yellow Rat Bastard me encantó y no solo por el nombre, venden un montón de ropa skato/dark/marciana y una serie de objetos y juguetitos raros. La foto tampoco es mía porque ya estaba obscuro, es de Scott Beale / Laughing Squid



Yo no se andar en patineta, pero con gusto me compraba una de las tablas con diseño de Andy Warhol de Alien Workshop. Apártenme la de Mao.
Cuando los pies ya pedían piedad, nos detuvimos a comer en el primer lugar que salió al paso (resignados ya a que la cena seria perfectamente olvidable) para después tomar el metro que nos llevara a “casa”. Pero en Penn Station nos esperaba una ultima sorpresa.



Nunca pude saber el nombre del grupo pues colgaron su manta detrás del baterista y no pudimos verlo. Fue el cierre perfecto para un día de primavera con mucho para ver.