20100425

NY 7 "La luz que andamos buscando"

El ultimo día completo en Nueva York empezamos lo mas temprano que pudimos, porque ya para entonces la caminata de las jornadas anteriores estaba haciendo mella en nuestras piernas. Para esta mañana el tímido sol de los dos días anteriores se había puesto su traje de gala para despedirnos. Quiero pensar que por fin se estaba encariñando con nosotros y su cambio de humor era en pago por el berrinche que nos hizo a la llegada y no que su ánimo mejoraba viendo que ya nos íbamos.

Nuestra primera estación esa mañana era el Museo de Historia Natural que quedaba precisamente al otro lado de Central Park de donde estaba otro museo, El Whitney; era la ocasión de matar tres piedras con un pájaro. O más bien cuatro: porque de camino pasaríamos cerca de la estatua de Alicie in Wonderland, que era uyn sitio que Trying se había propuesto ver desde que planeábamos el viaje.

Además, así podríamos dar otra vuelta por la parte alta de Manhattan, tan distinta a la parte baja que recorrimos la tarde anterior


Más amplias y mucho más tranquilas que las alborotadas calles de la zona sur. Tal vez en las fotos la diferencia no queda muy clara pero son dos ciudades bien distintas.
 

Los museos de historia natural que conozco tienen estructuras muy semejantes, pero me gustan porque siempre encuentras cosas divertidas, interesantes o que no sabias a pesar de que creíste entender como es que funcionaba el mundo.
 

186 kilos y medio... Debí pedir la omelette sin tocino...


Este cangrejo gigante japonés era del tamaño de un sedán.


Extrañábamos a Moshki


...y a Ramona. ¿Comenté alguna vez lo bien que se llevan?


Un millón de arañas tejieron esta prenda de un amarillo dorado precioso.


Por supuesto la estrella del show es el tiranosaurio y todos quieren verlo. El ultimo piso del museo estaba atiborrado de niños, lo que le recordó a Triyng, quien no muere de ganas de ver a nadie menor de 10 años en sus vacaciones, que era hora de irse.


Un par de calles más adelante está Central Park. En vez de hablar sobre él, invito a quien lea a caminar por esa arboleda una mañana tranquila de abril.


Para entonces estábamos algo cansados y no bien seguros si llevábamos el rumbo correcto, así que nos detuvimos unos minutos a descansar frente a este estanque habitado por peces dorados (¿Se alcanzan a ver?), y mientras conversábamos, algo salió de entre la hierba y se lanzo al agua.


Eran una pareja de Patos Reales, la primera que regresa de sus vacaciones en el sur. Los Patos Reales solo forman parejas en el periodo en que la hembra esta por poner huevos, así que estos estaban de luna de miel. Tomé estas fotos como prueba, ya solo faltaba buscar a Holden para contarle mi hallazgo. Felices, nos dispusimos a seguir nuestro camino.


El invierno este año fue especialmente duro en Nueva York, pense que encontraríamos Central Park mucho mas seco de lo que estaba.


Llegados a este punto pudimos comprobar que no nos habíamos perdido, ahí adelante estaba la estatua de Alicia. Pero ¿Por qué le interesaba a Trying ver a Alicia? En una de las lecciones de lectura que enseña, hay un cuento llamado “Exploring Parks with Ranger Dockett” en el que un guardabosques como es su trabajo cuidando Central Park. Uno de los lugares que visitan es la estatua de Alice in Wonderland. Siempre le sorprende mucho a los niños que exista una estatua de Alicia –la mayoría de los chicos de segundo grado aquí saben quien es Alicia, pero no conocen una estatua- y Trying quería mostrarles una foto del sitio para que vieran que el lugar existe.

Pero al llegar, en vez de una estatua solitaria como la de la ilustración:

 
Alicia era copada por un montón de chamaquitos y un grupo de padres y hermanos sacando fotos. Como no nos animamos a gritar “Fire!!! Run for your lives!!” para que todos se alejaran, Trying tuvo que conformarse sacándose la foto frente a la estatua pero con el montón de chiquillos colgando de ella.

La estatua de Alicia se encuentra en el borde del parque, así que su encuentro era el final de nuestro paseo y le dijimos adiós a Central Park.

Unas calles mas al este y llegamos al Museo Whitney. Este es un museo de arte moderno, de corte parecido al Guggenheim, pero la diferencia entre uno y otro es abismal, pasamos largo tiempo recorriendo sus salas, metiéndonos dentro –textualmente- de algunas de las obras de arte, y maravillándonos con un montón de salas de video que muestran pequeños filmes, algunos muy zafados pero muy divertidos; nada que ver con el pretencioso y acartonado estilo de Guggenheim que te hace pensar que caminas dentro de la morgue. El único problema es que la tienda del museo es mínima, y fue imposible conseguir reproducciones de algunas de las cosas que vimos ahí. Dos de las obras que más me impresionaron fueron la historia fotográfica de Ty Ziegel, un marino que regreso de la guerra de Irak desfigurado en un atentado suicida para casarse con la prometida que dejó esperándolo meses atrás.


Tras un noviazgo de años que trascendió a su accidente, se casaron y su boda fue nombrado día de fiesta estatal (Illinois), pero el matrimonio de Ty y Reneé duro solo 3 meses. Yo cuelgo esta foto y no otras porque las imágenes son estrujantes. Si alguien quisiera ver la serie completa de la fotógrafa Nina Berman, (tal como la vimos en el Whitney) pude hacerlo aquí.

Pero advierto que no deben hacerlo si son de temperamento sensible.

La otra fue una escultura hiperrealista de Duane Hanson.


“Mujer con perro” es de 1977 (la foto viene de la pagina del Whitney) y no es una simple figura como las que se encuentran el los museos de cera; viendo a corta distancia a esta mujer hecha de polímero es difícil creer que no es real, por un momento piensas que va a parpadear o peor, que va a levantarse de su silla. Da un poco de miedo verla pero es fantástica.
 
Salimos del Whitney y anduvimos hacia el sur un rato sin una idea exacta de a donde podíamos ir, estábamos entre Union Square, la plaza en donde normalmente se realizan las protestas en Nueva York y El puente de Brooklyn. El problema era que por la hora y al ser el ultimo día completo que estaríamos ahí, el lugar al que no fuéramos ya no lo íbamos a ver.

Y entramos al metro con esa disyuntiva cuando en el transbordo donde debíamos tomar una ruta u otra, escuchamos música.



El grupo del trombonista Alex LoDico tenia dos saxofonistas increíbles que yo no pude grabar pero Trying sí.



Cuando nos fuimos de ahí nos fuimos finalmente a Brooklyn.



Y esperamos en Brooklyn Heigths Promenade, -que es un paseo al pie del puente con vista a Manhattan- a que se pusiera el sol.

(click en la imagen para ver en grande)


Cuando empezó a obscurecer. Fuimos a buscar un sitio a donde comer para regresar más tarde a ver la ciudad de noche.


Comimos en un bar, el “Henry Street Ale House” fue el lugar más neoyorkino –se notaba a leguas que éramos lo únicos turistas- en todo el viaje, también el mas económico y mas rico de todos.

Después, regresamos a la rivera del Hudson.


Incluidos en estas imágenes que tanto me gustaron, están los edificios del distrito financiero del que no hable muy bien hace unos días. La mayoría de las cosas –y de la gente también- poseen un ángulo por donde se asoma la belleza. Tal vez debo ejercitar un poco más mi tolerancia.
 
Intoxicados de luz y por ser la ultima, quisimos terminar la noche yendo a Times Square. Sacamos muchas fotos ahí, la mayoría salió borrosa y no sirvieron, pero nos guardamos en la memoria el espectáculo de luz artificial que palidecía sin remedio frente a la luz proveniente de los rostros de tantas personas que miraban asombradas pensando que lo bello estaba afuera.
 




Estos últimos en particular, me pidieron que les tomara una foto, cuando les entregue la cámara, miraron el resultado (seguramente opaco en comparado con la vivacidad del neon) y con un dejo de decepción nos dieron las gracias. Que ganas de decirles que la luz que buscaban no estaba en la pantalla de LCD...

10 comentarios:

Ministry of Silly Walks dijo...

Siempre que un viaje va a terminar me entra la nostalgia. Así me está pasando con esta crónica.

todavia dijo...

Si si, entra una nostalgia bien fea.

D. dijo...

Hola Mactans:
Esta cónica está redonda, de la primera a la última.
La nostalgia debes reponerla con un nuevo emprendimiento.
cuando te pican los pies debes caminar.
Europa el próximo año.
Te felicito, nos has hecho viajar con Ustedes.
Saludos amigo mio.
Daniel.

Bek dijo...

Me encantó la cara del sennor de traje gris, me encantó.
Hermoso relato, casi casi siento que conozco la gran manzana.
No dejes de describir de esta forma tan peculiar y tuya.

la MaLquEridA dijo...

Que bonito, como me gustó este viaje.


Un abrazo juertote por permitirme conocer todos esos lugares a través de tus ojos Arañita.

Cassiopeia dijo...

Y ahora a dónde vamos?

Gracias por el viaje. No importa cuántas veces vayas a NY, todo parece nuevo... pero tu crónica ha sido espectacular.

Anónimo dijo...

Qué de cosas curiosas! El tejido de araña me ha flipado! Será posible? 8)

411 libras... Jodo... Si alguna vez paramos en júpiter habrá que hacer deporte con urgencia. O aprender a volar.

Yo veo la luz en la última foto, no puedo creer como ellos no la vieron...

... Y central park (run for your lives, que malotes jajajaj) y la puesta de sol...

Tus crónicas de NY, consiguen que pase el resto del día mirando por la ventana... (suspiro) :_)

Un abrazo fuerte.

Implicada dijo...

Me gustó el juego incial de palabras en relación al clima y el sol :).
Las rañas tejedoras a mi tmb me sorprendieron!!
las esculturas!
alicia!
central park!
el puente!

y la música :)

María Beatriz dijo...

Super interesante todo lo que nos muestras!
Como ya dijeron más arriba, nos haces viajar contigo.
Gracias por compartirlo!

Saludos!

todavia dijo...

Gracias a todos. =..)