20090524

"Your Safety is Our Priority" ó "I ♥ TSA" ó "Portland! -primera parte-"

Nos dimos una escapada de tres días a Portland -el de Oregon, hay otros en Main, Texas y Michigan-. En realidad teníamos la intención de ir a Boston, pero el costo del viaje y la escasez de tiempo nos hizo reducir la distancia (tres horas mas de vuelo y casi el triple de precio hicieron la diferencia) Son muchas cosas las que me gustaría contar y para no hacer una entrada demasiado larga voy a dividirla en partes: empezare con lo primero y lo ultimo que tuvimos que enfrentar, el vuelo: Viajar en avión en Estados Unidos es una aventura desde que se llega al aeropuerto, la primera cosa que los viajeros encuentran a su arribo es algo como esto:

Letrero en la sala de registro en Portland. Los aeropuertos están clasificados como zonas de riesgo naranja para un ataque terrorista. Una alentadora bienvenida.

Por medio de anuncios escritos y mediante el sonido local, se le pide a usuarios que reporten “cualquier actividad sospechosa”, pero como no aclaran que es lo que se considera “sospechoso”; abren una puerta al prejuicio y la discriminación. Nosotros fuimos victimas de la absurda ineptitud de un par de oficiales de seguridad que me impidieron abordar el avión porque al nombre en mi identificación le faltaba el apellido materno que mi boleto sí tenia. Fue inútil explicarles que no en todos los países se elimina el apellido materno como si las madres carecieran de valor, así que nos obligaron a acudir a la aerolínea para solicitar que cambiaran mi nombre en el boleto; algo tan absurdo parecería sencillo de hacer pero no lo es, porque las aerolíneas consideran intransferible el peaje y un cambio de nombre se interpreta como una trasferencia. Afortunadamente la encargada de la aerolínea fue muy comprensiva y violó las reglas con tal de ayudarnos a no perder el vuelo. Ella nos confesó que están acostumbrados a tonterías de ese calibre: “They are really picky”, dijo, refiriéndose a los empleados de la TSA (Administración de Seguridad en el Transporte), pero a mi se me ocurrieron algunos adjetivos más fuertes y en ambos idiomas.

Para abordar un avión en Norteamérica, es necesario depositar bolsos, mochilas, maletines de mano, el contenido de los bolsillos, y cualquier prenda adicional a una muda simple –incluyendo los zapatos- en la banda de escaneo, y estar dispuestos a una revisión a detalle y a un interrogatorio a la menor sombra de sospecha, sospecha que en coincidente mayoría recae sobre gente que no es blanca. Nosotros y algunas personas que conocemos vamos invariablemente resignados a que nos pasen a un costado para revisar maletas, pero esta vez fue el colmo. Quizá la diferencia se debió a que en Portland –mi nombre no significó problema alguno al salir de Los Angeles- no hay un gran porcentaje de latinos y a que se ha recrudecido la desconfianza en contra de quien parezca mexicano a raíz de la paranoia por la influenza. Un ejemplo: Mientras esperábamos en el los Angeles, un grupo de asiáticos, algunos usando tapabocas, se detuvieron a un lado nuestro sin prestarnos atención, al vernos, no pudieron ocultar su espanto y se fueron alejando poco a poco. Pensé por un momento que todo era producto de mi imaginación hasta que mi pareja me retó bromeando: “Te doy 100 dólares si estornudas”. Ambos nos echamos a reír. Lo habría hecho gratis por verlos correr despavoridos.

Pero viva el optimismo: Prefiero estarme quejando de injusticias que de haber enfrentado dificultades durante el vuelo. Servicio amable, buen clima y cielos despejados, horarios según lo programado; ni siquiera padecimos al clásico bebé que llora inconsolable todo el recorrido. Creo que pensar así es una manera de no castigar el hígado innecesariamente.


Monte Shasta, en California, visto desde nuestra ventanilla en el camino de regreso.

12 comentarios:

Luis Ricardo dijo...

(No estoy seguro de que olvides más) En todo caso cuántas cosas olvidables hay.

¿Qué no vieron la doctrina del shock? No deben tener una alerta sieeempre en naranja. Vaya.

Anónimo dijo...

Todavía me estoy riendo con la ocurrencia de tu pareja... "te doy 100 dólares si estornudas" Jajajajaj

Aaaayyy... Cómo está el mundo :)

todavia dijo...

Es recisamente por esa razon, Luis Ricardo, que empece a llevar este blog. Debí empezar uno desde que tenia 8, muchas cosas se habrian salvado del naufragio.

Mi pregunta es: ¿Sabrán leer?

todavia dijo...

Te juro, Noemi, que la japonesita junto a mi que se dio cuenta de nuestra presencia y les aviso a los demas, hasta abrio los ojos al vernos =)

Bek dijo...

JAJAJA me sigo riendo por lo de los japonesillos...que mente cerrada tienen esos de TSA, como lo aguantas?

Albert Tortajada dijo...

Yo hubiera estornudado, te lo garantizo...
:)

todavia dijo...

Bere: Lo de los japonesitos fue tan gracioso que hasta nos hizo olvidar que el "shuttle" de regreso a casa llevaba 45 minutos de retraso.

No me queda otro remedio que soportar al TSA, y al Homeland Security, y a inmigracion. Yo soy invitado aqui. Lo que no se comprende es como los ciudadanos permiten que en su propia casa los obliguen a quitarse los zapatos y caminar descalzos por el suelo sin tapete de un aereopuerto...

todavia dijo...

Me habria encantado, Bidan, pero me gano la risa =)

De todos modos valio la pena verlos tratando de caminar deprisa con esos pasitos que dan.

.: Nachomsky :. dijo...

Hola, mucho gusto por el comentario en mi blog. Un honor conocerle.
Le invito a seguir mi blog pues no es tan interesante pero es como mío álbum de fotos.
Su blog esta bonito e interesante.

Hasta la victoria siempre

Ignacio A. Molina nachomsky@hotmail.com

Bek dijo...

Todavía, aún te sientes como "invitada"?

todavia dijo...

Nachomsky: Mas que bonitos o feos, para mi los blogs estan vivos o no. Tu blog esta vivo, habla de ti, sin pretensiones, sin mascaras. Por alla voy a andar =)

todavia dijo...

Bere: En donde vivimos la mayoria de la gente es latina. En esta ciudad puedes vivir tu vida entera sin hablar ingles, o hablandolo mal. Pero cuando con mi mal ingles, por casualidad tengo que hablar con un americano (sea latino o no) de inmediato me hace sentir, no se si concientemente, que no pertenezco aqui. No se los reprocho, al contrario, es una reafirmacion: Estas no son mis calles, esta no es mi gente, este no es mi pais. Llevo 3 años aqui. En 4 mas tengo la opcion de solicitar la cuidadania evitando asi tener que renovar cada 10 años mi green card. No la solicitare, no la quiero. Mi green card es la confirmacion de lo que soy, es mi orgullo: Yo no quiero ser de aqui, soy visitante, nada mas.