Detalle del escenario dispuesto para la toma de posesion de Barak Obama como presidente de los Estados Unidos de America, programado a celebrarse el dia de hoy 20 de enero del 2009
He pretendido mantener a distancia prudente las cuestiones políticas aquí en el blog, pero ante lo que esta a punto de ocurrir no puedo sino arriesgar mi opinión, porque en los tiempos que corren no es posible ni decente mantenerse al margen. Mantenernos neutrales es lo que ha permitido que los traidores se adueñen del poder y que conviertan el propio país y el mundo en general en lo que es.
Las expectativas que ha despertado Obama son impresionantes. El día de hoy el planeta entero dirige sus ojos hacia este país con la esperanza de un cambio del que todos hablan, pero rara vez aciertan a explicar en que debe consistir. Yo también llegue a albergar algunas esperanzas en Mr. Obama, sobre todo en lo que más me interesa y concierne: Un viraje radical y urgente en la manera en que Estados Unidos ejerce, a sangre y fuego –real o económicamente hablando- su política exterior. Las ultimas declaraciones del próximo presidente norteamericano me hacen temer que el cambio prometido no ha sido sino una estrategia publicitaria. No se como sea que le vaya a ir a los Norteamericanos con su flamante presidente, pero me temo que el resto del mundo nos quedaremos con un palmo de narices y que la abusiva relación que Estados Unidos mantiene con el mundo –ocioso hacer un listado de los puntos de conflicto – se mantendrá tal y como ha ocurrido desde mediados de 1800. Para nosotros, me atrevo a pronosticar un fiasco mas que amargo.
Presidentes van y vienen y Norteamérica sigue actuando creyéndose el administrador –que si no propietario- del mundo. El cambio del color de piel del titular de la Casa Blanca no parece traer nada diferente.
Las expectativas que ha despertado Obama son impresionantes. El día de hoy el planeta entero dirige sus ojos hacia este país con la esperanza de un cambio del que todos hablan, pero rara vez aciertan a explicar en que debe consistir. Yo también llegue a albergar algunas esperanzas en Mr. Obama, sobre todo en lo que más me interesa y concierne: Un viraje radical y urgente en la manera en que Estados Unidos ejerce, a sangre y fuego –real o económicamente hablando- su política exterior. Las ultimas declaraciones del próximo presidente norteamericano me hacen temer que el cambio prometido no ha sido sino una estrategia publicitaria. No se como sea que le vaya a ir a los Norteamericanos con su flamante presidente, pero me temo que el resto del mundo nos quedaremos con un palmo de narices y que la abusiva relación que Estados Unidos mantiene con el mundo –ocioso hacer un listado de los puntos de conflicto – se mantendrá tal y como ha ocurrido desde mediados de 1800. Para nosotros, me atrevo a pronosticar un fiasco mas que amargo.
Presidentes van y vienen y Norteamérica sigue actuando creyéndose el administrador –que si no propietario- del mundo. El cambio del color de piel del titular de la Casa Blanca no parece traer nada diferente.
Mr. Obama, lo invito a que me haga retractarme, lo convido a que me obligue a tragarme mis palabras. Cumpla usted lo prometido: Saque a sus tropas de Irak y Cierre la prisión de Guantánamo. En cuanto a Cuba, al mundo no le basta que cierre la prisión, debería además regresar de manera incondicional ese territorio arrebatado tramposamente a Cuba en 1889 y levantar el embargo que se mantiene contra la isla. Existen cientos de enmiendas que su pais le debe al mundo, pero estas pocas bastarian para demostrar su buena voluntad de cambio, mientras ello no ocurra, seguiré pensando lo que pienso ahora: Que usted será para el mundo una terrible decepción.
2 comentarios:
Todavía, tu opinión me parece muy sensata y, sí, ojalá tengas que retractarte, como bien dices, por el bien de todos.
Nos tienen tan acostumbrados a la palabrería que lo que queremos son hechos.
En general, hay muchas ganas de que las cosas cambien. Ojalá, Obama, lo vaya consiguiendo.
Besos :)
Yo tambien desearia equivocarme. Y prometo, Bornne, que si debo retractarme lo hare aqui mismo, aunque sinceramente dudo que haya necesidad.
Tal vez solo soy victima del desencanto, pero no puedo evitarlo: Cada que salgo a la calle no puedo dejar de pensar que camino en tierras que alguna vez pertenecieron a mi pais y le fueron arrebatadas en 1848 de manera semejante a como le ocurrio a Cuba con Guantanamo. A pesar de ello, no pido que Obama regrese este territorio, solo pido que retorne a Cuba lo robado.
No puedo sentir ninguna estima por el pais en el que vivo. Y la historia reciente del mundo me hace dudar de las buenas intenciones del ahora mandatario. La burra no era arisca, la hicieron.
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