Manita de gato

Nuestra vecina de abajo no es una persona agradable. No la odiamos pero intentamos mantenernos lejos de porque las pocas veces que hemos tenido contacto el resultado no ha sido bueno. Normalmente no le prestamos atención, sin embargo hemos notado un cambio de un par de meses a acá: su casa es victima de un evidente descuido.

Esta es una vista de su jardín, lo único que desde aqui puede verse de su propiedad. Debajo de la hierba está el camino de acceso. Entre las ramas de ese arbusto y las del árbol mas enfrente hay o habia una puerta. Fuera de cuadro, los cadáveres de dos alcatraces permanecen en los macetones donde un día florecieron. Sabemos que sigue viva porque la escuchamos salir a trabajar y porque a veces vemos a su perro o a su hijo jugar entre la hierba -fue de hecho su hijo quien dejó la fuente de plástico de la imagen.-

Antes no era así. Cada semana un jardinero cortaba el césped, el árbol se podaba con cierta regularidad, ella le dedicaba tiempo a sus plantas y la veíamos jugar con su hijo en este mismo patio.

¿Depresión? ¿Problemas económicos? ¿Problemas familiares? No sabemos, pero sabemos que algo le ocurre a la gente cuando acusa un descuido súbito y marcado en sus propiedades o personas.

Puede no caernos bien pero esperamos que la vecina pronto supere sus problemas.

:-:

No he podido evitar relacionar el jardín de la vecina con el descuido de este blog. Juro que la raíz de este descuido no es ni la depresión, ni problemas económicos o familiares. Quizá exceso de trabajo, tal vez un bloqueo por darle demasidas vueltas al mismo aburrido asunto que intento mantener alejado de este sitio. No lo sé. Pero estamos a salvo y bien, lo prometo.

Es mas: Ya mismo tomo las tijeras de podar y le damos una manita de gato a este cuaderno.