Si alguien me pidiera confesar cual mi peor defecto, de entre la inmensa pila que forman elegiria mi mala memoria como el peor.
Olvido donde deje las llaves hace dos minutos. Olvido cerrar la puerta y encender la alarma del despertador. Olvido fechas e incluso olvido que dia de la semana ocurrio algo: aunque ese dia haya sido ayer, yo juro que fue hace semanas o confundo un evento ocurrido hace meses y lo ubico el miercoles pasado. Trato de memorizar telefonos o direcciones apuntandolas en papelitos que pierdo irremediablemente, y si llegara a encontralos, lo hago mucho tiempo despues, cuando ya no importan. He visto peliculas que que me gustaron hasta el punto de casi me hacerme llorar, pero de las que solo recuerdo una o dos imagenes y el sentimiento que me provocaron, pero soy incapaz de recordar un pedacito de la trama. Documentos importantes son mi especialidad y suelo ademas olvidar su ubicacion justo en el momento que mas urge encontrarlos. No hablemos del dinero, y tratar de solucionar el problema cambiando el efectivo por tarjetas no funciona, porque tambien las pierdo cartera incluida.
Y siempre ha sido asi desde que lo recuerdo (vaya sarcasmo): Una vez, cuando iba en tercero de primaria, llegue a la escuela sin mochila. Ni un misero lapiz llevé. Fue humillante.
Mi mala memoria es memorable. Me hace sufrir, desesperar, y manda al carajo cualquier atisbo de brillantez que pudiera acusar mi persona, ademas de poner al borde de la histeria al mas plantado cuando ha tenido que lidiar con los naufragios que ocurren en mis lagunas mentales.
Olvido todo.
O casi todo, porque no se me olvida tu nombre, ni tu mano por las noches. No se me olvida quien soy, de donde vengo, ni olvido la razon que me trajo hasta aqui.
(foto tomada por Trying en una visita a Michoacán, México en pelicula de 35 mm)
2 comentarios:
A mí no se me olvida lo que hacía cuando podía caminar.
Entonces no tendrás problemas cuando puedas volver a hacerlo. =)
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