A principios de septiembre pasado, el titular del Poder Ejecutivo en México, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa anunció mediante su, en aquel entonces, Secretario de hacienda, Agustín Carstens Carstens el paquete de Reforma Fiscal para el 2010, en que se planteaba gravar con un 4% de impuesto el servicio de internet y telefonía, un aumento del 2% al Impuesto sobre la renta –es decir sobre los ingresos de la gente- y un insultante aumento del 2% al impuesto al consumo con el supuesto objetivo de obtener recursos para “combatir la pobreza”. Según él, con estos impuestos, el gobierno seria capaz de resarcir el déficit presupuestario que enfrenta por la disminución del precio de petróleo y la creciente crisis y también de darle una dadiva mensual a los mismos pobres a los que se les aumentaría el precio de todos los productos y servicios. En septiembre 17, durante una visita al estado de Tabasco para inaugurar un hospital, Felipe Calderón le pidió a la gente que aceptara los nuevos aumentos de precios por “patriotismo”. Dijo:
...A pesar de eso, (se refiere a la crisis y a la caída en la producción petrolera del país que redujo los ingresos de país) los tabasqueños, no podemos bajar la guardia ni podemos renunciar a nuestro anhelo de erradicar la pobreza extrema en México y de darle servicios de salud a toda la gente... Por eso, el Paquete Económico (el aumento de impuestos) ofrece posibilidades para cumplir esa responsabilidad a pesar de la adversidad de las circunstancias... Enfrentemos estos momentos de adversidad con el carácter y el temple con el que ustedes enfrentaron la adversidad de las inundaciones hace un par de años. Enfrentémoslo con el carácter y con la unidad, la solidaridad y el patriotismo, que es lo que nos permitirá que nuestra Patria sea tan grande como lo merecen nuestros hijos.
Un sonriente Felipe Calderón en la inauguración de Hospital Regional de Comalcalco, Tabasco; 17 de septiembre del 2009. Foto y extracto del discurso tomados de la pagina de Presidencia de la Republica.
Tras leer estas declaraciones me quede, como mucha gente, con las tripas echas nudo y después de unos días de pensarlo, decidí enviarle a este señor, mediante el sistema de contacto de Presidencia de la Republica en internet, una carta con una contrapuesta que me pareció pertinente.
Yo soy una persona común de entre los millones de mexicanos que se oponen a la aprobación de su reforma, pues considero injusto que seamos los ciudadanos comunes quienes cubramos el agujero fiscal del país, cuando en gobierno tiene aun tela de donde recortar antes de solicitar un aumento de impuestos. Sin embargo, a pesar de estar en contra de su propuesta yo estaría en la mejor disposición de aceptarla si usted estuviera dispuesto a “demostrar su patriotismo” y su compromiso con el progreso del país, comprometiéndose, usted y su actual Secretario de Hacienda, Agustín Carstens Carstens, a donar al erario publico, de manera integra, su salario así como cualquier otro ingreso que percibieran en pago por el desempeño de su labor, el uno al frente del Poder Ejecutivo de la Nación y, el otro, como Secretario de Hacienda y Crédito Publico, por el resto de su periodo de funciones. Del mismo modo le propongo se comprometa usted a renunciar a la pensión que como ex-presidente la ley le otorga al final de su mandato. Por sus cargos (de usted y de su Secretario de Hacienda), es lógico pensar que buena parte de sus egresos actuales corren por cuenta del erario, y es de suponerse que debido a sus trayectorias políticas, ni usted ni el Lic. Carstens se encuentran en una situación de precariedad económica; considero por ello que están en capacidad de prescindir, en beneficio de la patria, de las entradas que sus cargos actualmente les reportan sin menoscabo de su estabilidad financiera.
La patria requiere el sacrificio de todos, y como dos de las personas sobre las cuales recae en primera instancia el destino del país, considero son ustedes precisamente quienes deben ponerle el ejemplo a todos.
Yo no puedo garantizarle que el resto de los mexicanos reconsiderarían su posición respecto a esta reforma, pero le aseguro que, de aceptar mi propuesta, usted contaría con todo mi apoyo.
Sin mas por el momento, quedo de usted.
Presidencia me respondió vía e-mail que había recibido mi carta y que le daría atención a la brevedad. Esa “brevedad” duro exactamente 3 meses, pues el pasado 23 de diciembre me enviaron a mi dirección en México una misiva en respuesta. Una de mis hermanas me hizo el favor de digitalizar dicha respuesta y enviármela.
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En resumen, Calderón, escudado detrás de un achichincle, evade responder limitándose con palabrería barata a hacerse güey. No es de extrañar este comportamiento de alguien que ha pasado sus tres años de mandato escondido tras un muro de guaruras y publicitando en discursos vacíos un país de ensueño que ni él mismo se cree. Habrá quien piense que la carta que le escribí a este sujeto fue absurda y mi propuesta inútil, pero pienso de ser así: ¿Por qué no decirlo tal cual, en vez de evadir la pregunta respondiendo con frases hechas, demagógicas y huecas?
Para estas fechas, la Reforma Económica de Calderón, con ligeros cambios, ha sido aceptada: El impuesto a la compra no subió al 17, pero si al 16%, el impuesto del 4% a la telefonía fue aplicado, aunque no será efectivo para el internet, el incremento al ISR del 2% paso tal cual, aunque solo afectara a quienes ganen mas de 4 salarios mínimos (6330 pesos al mes, cerca de 505 dólares). Además, en esta semana se incrementaron los precios de la tortilla y la gasolina, productos que invariablemente desencadenan una andanada de aumentos.
“Por eso, propondré al Congreso de la Unión, aún en medio de la adversidad económica, un programa que no sólo no reduzca el gasto orientado a combatir la pobreza, sino que lo fortalezca, lo blinde para evitar cualquier abuso o desvío en cualquier orden de Gobierno y lo dirija, precisa y especialmente, a aquellas familias que de acuerdo con la definición de pobreza alimentaria, no les alcanza, incluso, para el sustento diario.”
Fragmento del discurso de Felipe Calderón en su “Mensaje con Motivo del Tercer Informe de Gobierno” 2 de septiembre del 2009
Con el fin de fomentar el autoempleo entre aquellos que han sufrido la perdida de sus fuentes de ingreso en estos momentos de crisis, parte de los recursos que este programa de gobierno ofrece incluyen, se me ocurre, una caja de atole y un dedo de plástico.
San Martín Peras, Oaxaca, México. Para contribuir al ingreso familiar, esta mujer teje sombreros de palma, los cuales se los pagan a un peso cada uno. Puede tardar hasta un día en elaborarlo. Foto: David Cilia, Revista Contralinea.
No me lo explique a mí si no quiere, Lic. Calderón, explíquele usted a esta señora como es el aumento de impuestos y de los precios, mientras usted mantiene su salario intacto y de manera vitalicia, van a sacarla de la situación en la que se encuentra.