Tengo un montón de cosas que me traje de México y que quiero guardar, pero que por falta de tiempo no había podido hacerlo. Hoy, aunque sea con mucho retraso, voy a empezar a hacerlo. Son puros detalles sin importancia, ningún folleto turístico estaría interesado en publicarlos. Bidan les llama retales. Yo no conocía esa palabra hasta leerla en su blog y ahora la he hecho mía. Esa es parte de la magia del idioma y también de los blogs: aprendemos si tenemos intención.
Diego Rivera no es mi pintor preferido, pero tiene cosas que me gustan mucho. Este detalle de uno de sus murales en Palacio Nacional me lo traje conmigo: un Xoloscuinctle y un perro común europeo peleando. Rivera le ponía significado a todo, yo sé que este detalle lo tiene también, pero a mí me gusto solo porque imagine la escena.
Y este otro que representa el mestizaje. Este niño es el único personaje en los murales que mira directamente al espectador. Simplemente es genial.
Vimos tres edificios en la Calle Madero con esta etiqueta de suspensión. Es una pena que esta preocupación por la conservación del Centro Histórico de la capital sea cosa reciente pero mas vale tarde que nunca.
Un auto en Polanco. He tratado sin suerte de conseguir para mi telefono un ringtone de la voz de El Santo que dice: “Santo llamando a Blue Demon... Santo llamando a Blue Demon.... Adelante, Blue Demon”
También en Polanco, una ferretería. Una pareja de viejitos la atendían. En la foto no se aprecia el desorden, pero para entrar debimos hacerlo esquivando objetos. Todo estaba guardado en anaqueles o dentro de cajas sin etiquetas ni orden, pero ellos parecían saber exactamente donde estaba cada cosa. Nada que ver con los pasillos de los mega almacenes ferreteros de autoservicio que tenemos aquí, donde si necesitas tres tornillos debes comprar una caja con 40 porque las de 7 solo hay cuando te urge comprar 10. (Eso lo aprendi aqui pero gracias nuevamente al Bidan decubri que tambien pasa en España...)
Tres periquitos australianos padeciendo el paso de la tormenta tropical Arlene. Del otro lado de la reja Trying y yo estábamos igual de empapados. Nos sentimos solidarios.
También de Palacio Nacional, un pendón para corneta de una guerrilla mexicana de cuando nos invadieron nuestros simpáticos vecinos del norte en 1846. Quiero mandarme a hacer una reproducción de este pendón y colgarlo del balcón, para recordarles a los amigos rubios quien es el que debería comprobar si su estancia es legal aquí...
Si toma, no gobierne...
Los militares también tienen su corazoncito =)
“Te sigo amando, Lorena”
Trying dijo que si un día nos viniéramos a México, le gustaría vivir en esa casita.
En Coyoacán pasamos a visitar a un amigo. No nos quedamos a tomar una copa porque andábamos con en tiempo encima, pero para la próxima, Alejandro.
Sobre unos pergaminos de papel amate, dueño del tiempo y propietario de su vida, estaba este gato.
En cambio los humanos, cuando dormitamos, no parecemos poseer ni el tiempo ni nuestra propia vida, solo lucimos cansados...
En el edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, intentaron borrarlo pero no se puede, no se puede...
A los Mexicanos nomás nos ponen frente a algo que parezca fiesta y ahí vamos detrás. =)
En Chapultepec estos bichitos ya aprendieron que la gente siempre trae comida y la comparte gustosa si se acercan.
Y algunas personas, después del susto inicial, tambien les arrojan comida a estos otros bichos. Creo que en el DF nos hace falta convivencia con la fauna...
En la famosa Plaza Garibaldi no solo hay mariachis.
Estos le tocaron “La Morena” a Trying especialmente =)
Es una pena que no haya conseguido grabar mas tiempo este duelo de albures porque estuvo buenísimo
En el centro, un adivinador te dejaba leer mensajes de tu destino a cambio de unas monedas.
Este fue el de Trying.
Mire la calle.
¿Cómo puede usted ver
indiferente a ese gran río
de huesos, a ese gran río
de sueños, a ese gran río
de sangre, a ese gran río?
:-:
El regreso a casa... desde casa.
Pero la melancolía siempre es un poco menos si ves el cielo azul... desde el cielo.
Trajimos recuerdos.
Una caja de pastas secas. Quien vaya al centro historico del DF, debe visitar la panadería que esta en la calle 16 de septiembre casi esquina con el Eje Central. Es imperdonable salir de ahí y no llevar al menos medio kilo de estas.
Este lo tenemos Escondido porque si lo mira Jesse Jackson se desmaya.
Este retablo me lo traje de La Ciudadela.
Mi abuela siempre decía que era muy importante tenerle un altar a algún santo en la casa. Por fin me decidí a hacerle caso...
Compramos esta Pitaya en un puesto de frutas en Polanco. Creimos que en la aduana nos la iban a recoger pero estan tan ocupados buscando explosivos, droga y migrantes que paso sin problemas. Llegando aca nos la comimos.
Las pitayas son como muchos activistas políticos de facebook: Rojos por fuera y blancos por dentro. Solo que estas son bonitas y saben rico también. Después de comérnosla, sembramos inocentemente algunas semillas en una maceta. Y el viernes pasado encontramos estos brotes:
Cuatro pitayitas mexicanas =).
Dicen que tardan un año en crecer suficiente para dar un fruto, si se logran, estare posteando fotos de estas Dragon Fruit. El recuerdo mas vivo de nuestro ultimo viaje a México