Gilani Taylor queria cantar profesionalmente. Con un estilo que no es mi preferido, estupenda voz y aprovechando su belleza empezaba a hacerse de un nombre en los bares de la zona.
Tras la separación del grupo musical en el que participaba, inició su carrera como solista con la idea de lanzar un disco con temas propios, intentando reunir fondos entre entusiastas para financiarlo. Como promoción, grabó una de sus canciones en video.
Pero su salto a la fama no se lo dio la música. El sábado pasado, mientras viajaba con rumbo a Los Angeles en compañía de su hija, un auto se le atravesó, la hizo perder el control, su vehiculo se estrelló contra la barrera de contención que divide la autopista y la proyecto de nuevo hacia carriles centrales para estrellarse contra un trailer, volcando e incendiándose. La chica consiguió salir del auto envuelta en llamas y recibió el auxilio de automovilistas que pasaban por el sitio. Los cuerpos de rescate la llevaron a un hospital con quemaduras en el 90% de su cuerpo. Ahora esta en estado de coma inducido y los medicos le dan 50% de probabilidades de sobrevivir.
Su hija, que es la niña de anteojos que aparece brevemente en el video, no pudo ser rescatada con vida.
Yo llevo días pensando en el asunto.
Pienso en el ultimo post hecho por ella en su pagina de Facebook:
“Wow! Anoche, Sermón asombroso el del ex pastor Tim... DEJA de reflejar todas las cosas por lo que has pasado y empieza a reflejar lo que Dios te ha llamado a ser.”
Y en la osadía de alguna gente para enviarle, por este mismo medio, un supuesto mensaje de apoyo diciendo que Dios tiene un plan y sabe por que hace las cosas...
Pienso en el conductor de auto que provoco el accidente, en lo que debe tenerse en el alma para ocasionar un accidente como este, huir y luego, sabiendo el desenlace, permanecer en silencio.
Pienso en este país, donde quien tiene suerte de contar con seguro tiene que pagarlo el mismo y en donde la peor cosa que puede ocurrirte, económicamente hablando, es tener que pasar una larga temporada en el hospital.
Pienso en la chica mirando sus propias fotos dentro de unos años, y me acuerdo inmediatamente de la historia de Ty Ziegel (aquí a medio post.). Se oprime el corazón.
Pienso en si tengo derecho a contar una historia asi de triste sobre algo que no me paso a mí, en si seria mejor leer y guardar respetuoso silencio; en que haria yo su situacion, en si podria hacer algo mas por ayudar que limitarme a colgar un breve mensaje en su FB.
Y por supuesto, pienso en como la vida puede cambiarnos por completo en un instante. Todos nuestros planes, nuestras metas y lo que hemos conseguido y amamos pende del hilo de la fortuna, de la casualidad y este, sin remedio un día se rompe. A veces cuando las cosas nos marchan mejor.
Yo sé que la respuesta más concurrida al hecho de saber lo frágil que es nuestra felicidad y nuestra vida, es un lugar común: “Por eso debemos disfrutar cada momento como si fuera el ultimo” ¿Pero quien realmente va por la vida disfrutando cada minuto como si fuera el último? ¿Quién mas alla del discurso sale a la calle pensando que quizá no regrese a casa? ¿Quién se despide su sus seres queridos pensando que tal vez es la última vez que los verá?
Yo creo que casi nadie y reconozco que yo no.