El otro dia muy temprano, al abrir la puerta que da al patio trasero, esto fue lo que encontramos en el techo:
Debo confesar que yo no lo ví, de ser por mi, habria dejado la puerta abierta sin notar la pelotita obscura escondida en la penumbra, pero un oportuno "Agh! que es eso?!!" me hizo voltear. Por supuesto, antes de cerrar y asustar al bicho, regresé por la camara a tomar la foto obligatoria.
Me soprendio el tamaño del animalito cuando salio volando: Acurrucado en el tirol no era mas grande que el raton de la lap (y uso uno bien pequeñito), pero con las alas abiertas sobrepasaba los 30 cms. Tambien me impresionó la manera en la que encontro sin problema la salida; vaya, se supone que sé que estas criaturitas andan a sus anchas en las sombras, pero la novatez me hizo presagiar un desastre de freneticos aleteos buscando escape y lo que obtuve fue una rápida huida, sin titubeos, por el pasillo, la escalera y hacia la calle. Hasta parecia conocer el bien camino.
Moraleja: No le abras la puerta a cualquiera, podria ser un vendedor de enciclopedias, un Testigo de Jehova o uno de estos bichos.
2 comentarios:
O podría ser yo..
Ah, si eres tu si te abro =)
Publicar un comentario